REPORTAJE AL EMBAJADOR PALESTINO EN SU VISITA A LA PROVINCIA DE MENDOZA

Por Miguel Títiro, Diario Los Andes

El embajador de Palestina en Buenos Aires, Walid Muaqqat, sostuvo que las negociaciones con Israel, se constituyen en la última oportunidad para alcanzar la paz entre los dos países y en caso de malograrse este intento, puede germinar una peligrosa amenaza a la concordia mundial.

El diplomático (57, casado, 4 hijos), nacido en el sector musulmán de Jerusalén, disertó en Mendoza en la cátedra libre Cultura Árabe de la UNCuyo y  visitó Los Andes acompañado por el cónsul de Siria en Mendoza, Mustafá Saada. Los recibieron el presidente del Directorio, Raúl Flamarique, y el director periodístico, Arturo Guardiola.

En diálogo abierto, desgranó convicciones y reiteró la necesidad de no dejar pasar esta oportunidad de diálogo. Criticó a los representantes “duros” del gobierno judío por el manifiesto boicot a la cumbre y sostuvo que América “es un gran apoyo para la causa palestina”, al igual que Argentina. A continuación parte de sus respuestas.

-¿Cómo sintetiza la posición de su país?

-Básicamente, en el reconocimiento a la formación del Estado palestino, es decir, recuperar los territorios que fueron ocupados por Israel en 1967 (Cisjordania y la Franja de Gaza), y al retorno de los 2 millones de refugiados que huyeron o fueron obligados a salir de nuestra tierra a partir de 1947. También pedimos la aceptación de nuestras fronteras con Jordania de 1967. Israel quiere quedarse ahí, a pesar de reiteradas declaraciones de las Naciones Unidas. Ellos quieren un Estado “cartón”.

El otro gran tema es Jerusalén. No pueden seguir sosteniendo que es la capital eterna del Estado de Israel, no es posible. Nosotros hablamos de una Jerusalén para los palestinos y otra, occidental, para los hebreos.

Además, Naciones Unidas tiene definido que no es la capital de Israel y por eso todas las embajadas están en Tel Aviv. Los palestinos que viven allí casi no tienen derechos. Y por eso cerraron la ciudad con un muro. Hasta la Universidad de Jerusalén está dividida por esa pared. Ellos, con ese proceder, demuestran que no quieren un Estado palestino. Y la parte de Jerusalén religiosa, la Ciudad Vieja, debe estar abierta a todos. Hasta podríamos hablar de una administración compartida, con protección internacional.

Añadió que su gobierno aceptaría  fuerzas internacionales en las zonas limítrofes, pero no israelíes. “También -agregó- debe cesar la construcción de asentamientos en Cisjordania. Allí se ubican los ultraortodoxos, fanáticos, en gran parte europeos, arios, la mayoría odia a los árabes”.

-¿Cuál es la posición latinoamericana?

-América latina apoya nuestra causa en los foros internacionales; la posición latinoamericana ha cambiado mucho porque el trabajo palestino ha sido más claro, transparente, con reclamos al pie de la legalidad  internacional. (En la región hay 600.000 palestinos, la mitad de los cuáles están Chile; en Argentina sólo hay 1.000).

-¿Cuál es la actitud de Argentina?

-De acuerdo al derecho internacional y a la autodeterminación del pueblo palestino, sentimos el apoyo de este gobierno. Ustedes han instalado una representación diplomática en mi país y… hasta nos han apoyado en el fútbol, con el aporte de entrenadores.

-A pesar de los puntos críticos que usted marca, ¿qué valor le asigna a las conversaciones palestino-israelíes, con el amparo de EEUU?

-Somos optimistas. La comunidad internacional tiene que hacer cumplir decisiones ya tomadas. Estados Unidos tiene el 90% del papel de la solución, lo pueden resolver en 24 horas, como hicieron cuando sacaron a Irak de Kuwait (la Guerra del Golfo, 1991).

Además, hay militares del Pentágono que sostienen abiertamente que el tema palestino está forzando la seguridad norteamericana, en especial con respecto a Afganistán e Irán, sobre todo a partir del atentado del 11 de setiembre de 2001.

Mi visión es que no hay espacio para el fracaso; si se caen estas conversaciones, la violencia podría crecer no sólo en Palestina sino en el mundo entero. Las comunidades judías tienen que presionar para que se llegue a una paz duradera; la paz mundial puede nacer en Palestina, pero también allí puede nacer una guerra mundial”.

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