Los obispos de Medio Oriente le piden a la ONU un freno a Israel

Por ansa/afp. Desde el Vaticano.

En una declaración conjunta que generará repercusiones en Tierra Santa, el sínodo de obispos de Oriente Medio convocado por el Papa Benedicto XVI en el Vaticano, reclamó ayer a la comunidad internacional, y en particular, a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que ponga fin a la ocupación israelí “de los diferentes territorios árabes” haciendo aplicar las resoluciones aprobadas en la Asamblea del organismo multilateral. De este modo, y con su mensaje al mundo, cerró un debate de dos semanas que había iniciado el 10 de octubre pasado.

“Los ciudadanos de países de Medio Oriente llaman a la comunidad internacional, en particular a la ONU, a trabajar sinceramente para una solución de paz justa y definitiva en la región, y eso mediante la aplicación de las resoluciones del Consejo de Seguridad y la toma de las medidas jurídicas necesarias para poner fin a la ocupación de los diferentes territorios árabes por Israel”, afirmaron los obispos y patriarcas que en su mayoría provienen de la región de Medio Oriente. De esta manera, agregaron, “el pueblo palestino podrá tener una patria independiente y soberana y vivir en la dignidad y la estabilidad”, mientras que Israel “podrá gozar de la paz y la seguridad dentro de las fronteras internacionalmente reconocidas”.

La Iglesia Católica ha sido desde hace tiempo una presencia minoritaria en la región mayormente musulmana y su presencia se reduce cada día más como resultado de guerras, conflictos, discriminación y problemas económicos. La declaración de los prelados condena al terrorismo y al antisemitismo en todas sus formas y expresa esperanzas de que Jerusalén algún día adquiera el carácter que le corresponde como lugar sagrado para cristianos, judíos y musulmanes.

“La Ciudad Santa de Jerusalén podrá obtener el estatuto justo que respetará su carácter particular, su santidad y su patrimonio religioso, para cada una de las tres religiones”, reflexionaron los eclesiásticos, para quienes es imperioso que “la solución de dos Estados se convierta en una realidad y no quede como un simple sueño”. El sínodo hizo referencia, sin citarla, a la resolución 242 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que condenó en noviembre de 1967 la “adquisición del territorio a través de la guerra” y pidió el “retiro de las fuerzas armadas israelíes de los territorios ocupados” luego de la Guerra de los Seis Días. A esta resolución le siguieron otras en el mismo sentido, pero ninguna de ellas fue respetada por el gobierno israelí.

En su documento final, los obispos enumeraron también la “ocupación” de territorios palestinos, la barrera israelí de separación con Cisjordania, sus puestos de control militar, los presos políticos, la demolición de viviendas y la perturbación socioeconómica de los palestinos como factores que han dificultado la búsqueda de un camino pacífico hacia el fin del conflicto. “Nos preocupan las iniciativas unilaterales que amenazan su composición y que arriesgan a cambiar su equilibrio demográfico”, aseguraron.

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