El 78% de los palestinos de Jerusalén Este vive en la pobreza

El 78% de los palestinos que reside en Jerusalén Este vive bajo el umbral de la pobreza debido al abandono de las autoridades israelíes en esa parte de la ciudad, según un informe de la Asociación de Derechos Civiles en Israel (ACRI).

Fuente: Agencia EFE

El estudio, dado a conocer con motivo del Día de Jerusalén, revela que es aún más grave para los menores de edad -un 84%- y destaca que el gobierno y la alcaldía han descuidado a los palestinos que residen en la que considera su capital “eterna e indivisible”.

Israel festeja por todo lo alto el 45 aniversario de la “unificación” de la ciudad, que entre 1948 y 1967 estuvo dividida entre una parte occidental en manos israelíes y otra oriental en manos jordanas.

También, miles de israelíes, en su mayoría del movimiento nacionalista religioso, marcharán con banderas desde el barrio palestino de Sheij Jarrah, en Jerusalén Este, hacia la ciudad vieja.

En la parte oriental de Jerusalén, sometida a un rápido proceso de colonización, residen 360.882 palestinos (38 % de la población de la ciudad), que según ACRI se han quedado atrás en todo lo que tiene que ver con el desarrollo humano, social, urbano y económico.

“Los resultados de una continuada política de abandono en Jerusalén Este y de la barrera (el muro de hormigón que divide la parte oriental de Cisjordania) son: no hay trabajo, no hay crecimiento”, asegura la organización no gubernamental en un informe titulado “Políticas negligentes en Jerusalén Este”.

En sus páginas subraya que “el 85 % de las mujeres y el 40 % de los hombres no participan en la fuerza laboral, miles de empresas y comercios palestinos han cerrado y la zona industrial de Wadi Joz corre el mismo riesgo”. Los datos, relativos a 2011, reflejan un peligroso agravamiento con respecto a 2006, cuando la pobreza afectaba al 64 % de la población palestina y al 73 % de los menores de edad.

A las limitadas oportunidades de empleo se han sumado el progresivo deterioro del sistema escolar y la ausencia de una política municipal para mejorar las infraestructuras urbanas y económicas en la parte oriental.

Sobre la barrera de hormigón que Israel comenzó a construir en 2003, destaca que ha desconectado la parte palestina del resto de Cisjordania.

“De centro urbano que ofrecía trabajo y oportunidades a amplias zonas de Cisjordania, Jerusalén Este ha pasado a ser una ciudad fronteriza con un acceso muy restringido”, explica el documento sobre los severos controles militares de Israel que impiden la entrada a palestinos de zonas vecinas.

En un proceso legislativo NO reconocido por la comunidad internacional, Israel se anexionó en 1981 la parte este de la ciudad, que es reivindicada por los palestinos como capital de su futuro Estado independiente.

Un informe de la ONG Ir Amim del que da cuenta el diario Haaretz indica que “legalmente, políticamente y a todos los efectos prácticos, Israel distingue claramente entre el territorio de Jerusalén Este -que fue anexionado- y la población palestina que vive en él”. A éstos les “niega el derecho a voto (y a ser electos) por razones étnico-nacionalistas”.

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