Opinión: Jugando con fuego

La encendida retórica de Israel contra Irán podría desencadenar un ataque preventivo… o Israel podría atacar por su propia cuenta. ¿Qué hará el mundo para rechazar esta crisis? ¿Se pondrá firme el presidente de Estados Unidos y utilizará el lenguaje de sanciones contra Israel?

Michael Warschawski, Centro de Información Alternativa (AIC)

Las diversas declaraciones de altos funcionarios israelíes sobre un ataque militar contra Irán han provocado pánico entre los líderes mundiales. El hecho de que esta información haya sido filtrada intencionadamente por Ehud Barak a Nahum Barnea, veterano periodista del diario Yedioth Ahronot, demuestra que se trataba de una medida premeditada y no de un filtro habitual utilizado por los políticos para encender los titulares.

Si pasamos por alto las declaraciones pro-israelíes y pro-bélicas de los candidatos presidenciales republicanos en Estados Unidos quienes están compitiendo por el premio de “mejor amigo de Israel”, la reacción de otros líderes mundiales demuestra una verdadera preocupación. El primer ministro francés declaró, por ejemplo, que su país se encuentra “muy preocupado por la potencialidad de los aspectos militares del programa nuclear iraní, pero se opone de cualquier modo a un ataque contra la república islámica ya que el mismo desestabilizará la región”.

Una cosa es cierta: el gobierno iraní no dará marcha atrás en sus planes como consecuencia de las amenazas israelíes. El hecho de que el gobierno israelí esté dispuesto a ignorar las advertencias de Washington y comenzar una guerra sin la luz verde de Estados Unidos demuestra que es posible que se haya alcanzado el punto de no retorno debido a la irresponsabilidad de los actuales dirigentes de Israel.

Akiva Eldar, uno de los numerosos periodistas israelíes preocupados por la irresponsabilidad de los dirigentes actuales y de algunos de sus amigos en el Partido Republicano estadounidense, lo sintetiza de la siguiente manera: “Si los estadounidenses están tan preocupados por un “segundo Holocausto” y sienten que han agotado todas las opciones diplomáticas, ¿pueden por favor tomar medidas por sí mismos? Si Obama rechaza una solución militar, entonces debe detener al dúo Netanyahu-Barak antes de que sea demasiado tarde”.

Esta es la cuestión, en esencia. Barack Obama decidió no perder tiempo (ni votos) en presionar al gobierno israelí en asuntos tales como la construcción de asentamientos. Sus duras palabras en una conversación informal con el presidente francés, Nicolás Sarkozy, –durante la cual éste último llamó mentiroso a Netanyahu– demuestran hasta qué punto está cansado de la conducta del gobierno israelí.

Ahora bien, el peligro de un conflicto regional es tan preocupante como la construcción de asentamientos en curso. ¿Se pondrá firme el presidente de Estados Unidos y utilizará el lenguaje de sanciones contra Israel? Este es el único modo de prevenir una catástrofe para los habitantes de Oriente Medio y el mundo.

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